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Inspiración

Inspiración
Pepe Biondi

jueves, 2 de junio de 2011

El sentido común La opresión de los sentidos

El sentido común

La opresión de los sentidos

Arriesgados sobre el cordón agudos adolescentes traslucían a viva voz, el diálogo contradicción, de argumentos inconvenientes para la tranquila ignorancia.

Me acerque hasta donde pude curioso del temario, pero una fuerte atracción me incorporó al peldaño que se unía al empedrado percudido por las pisadas.

Y por esas cosas de los jóvenes que se niegan al islote, abriendo paso a lo fraterno de los terruños, fomentaron mis oídos.

Ya era parte de sus voces animadas que se oponían al látigo

Del sentido común

Resistiendo

La opresión de los sentidos



El sentido común

La opresión de los sentidos (parte II)

Agraciado por sus vehemencias, uno de ellos -Se lo notaba agotado como una estaca machucada- vociferó

¡Piensa, usa el sentido común! ¡Es lógico que sea así!

Rápidamente y aprovechando una distracción, Me alejé hacia el árbol más cercano, me apoye en el y me pregunté

¿El sentido común? ¿Aclara el todo?

En silencio susurrar, advertía

La vida de estos adolescentes se enfrentaba al perpetuo

De la imposición



El sentido común

La opresión de los sentidos (parte III)

Entre luces de la tarde se ocultaba a la luna que aproximaba su figura

Volví al ruedo de los fugitivos del prelado

En ronda me senté y les pregunté

¿Que regalos habían recibidos cuando chicos?

Sorprendidos me miraron

Yo siempre tuve cochecitos, trenes -me contesto uno de ellos-

Que seguía desorientado y a continuación dijo

-¿Y que tiene que ver con el sentido común?

-¡A mi me gustaban los cochecitos! - en sincero aporte de Lucrecia

-Pero me regalaban muñecas, ositos, planchas, cocinas, espejos,

Pinturitas para la cara

-Nunca me preguntaron porque

-Corría velozmente al patio de Facundo

…Se contentaban tras la lógica sensata del sentido común

-Que yo gustaba de el

-¡Pero no era eso!

-Me tiraba al piso a arrastrar los autitos

-De todos los modelos que te podías imaginar

-Tenías que ver mi cara de felicidad

-Pero la fatalidad se llevo a mis viejos sin saber porque

-Corría velozmente al patio de Facundo



El sentido común

La opresión de los sentidos (parte IV)

Pedro, el personaje quien había voceado

¡Piensa, usa el sentido común!

Desconcertado miro a Lucrecia y le dijo -Pero a las nenas les gustan las muñecas, Vos serás un caso especial.

Sin duda todo había caído para Pedro, lo racional de sus pensamientos entraban al movimiento de las cosas, de la vida, que creyó tenerlo todo resuelto.

Y como peleando con las contradicciones que lo atormentaban, caminaba murmurando de un lado a otro, y fue un tropezón causado por esa baldosa que el sol hace muchos años fragmentó, que abruptamente freno su lucha interna y concedió el triunfo a lo nuevo.

-claro, ahora creo entender porque mi madre se queja tanto- dijo Pedro

-claro, ella le dice a mi padre, ¿porque tengo que hacerme cargo de la crianza, la alimentación, la limpieza? ¿Por qué tengo que estar lista para el amor para los momentos que a vos se te ocurran?

Mientras mi padre se alejaba diciendo ¡las cosas son así querida, yo no tengo la culpa, la sociedad está organizada así!

-claro, si las cosas son así para que insistir en cambios- proseguía su relato intercalando profundos suspiros al airé, como liberándose de la quietud de las formas.

Cansado, se sentó sobre el mármol de entrada de aquel zaguán que conducía a los menesteres del viejo conventillo, y dijo

-¿Por qué mi madre debe cargar con todo esto? ¿Ese es el destino de todas las mujeres, de Lucrecia?



El sentido común

La opresión de los sentidos (parte V)

Anochecía y los adolescentes decidieron hacer una juntada de plata, algunos billetes y monedas, para comprarle un par de pizzas a don Fausto, que las hacía riquísimas.

Me invitaron a participar de esta transacción y colabore con lo que tenía, no era mucho pero alcanzo para acompañar la comilona con unas cervezas.

Entre porción y porción acordamos traspasar en limpio lo que nos parecía que estaba atado al sentido común. Y para no pisarnos cada uno largaba un ejemplo esperando su lugar.

Empezó Facundo – cuando nacemos a los varones nos visten de celeste, y a las nenas de rosa- renegando del sin fin de colores y sus combinaciones.

Continuó Lucrecia – a las nenas nos regalan juegos de cocina, ya de chiquita nos inculcan y nos preparan para las tareas que tendremos asignados cuando grandes. En cambio a los nenes les regalaban cohetes, preparándolos según las prudentes normas del sentido común, para las grandes cosas. Renegando a la naturaleza de las capacidades y su sin fin de combinaciones que podemos compartir.

Pedro agregó – en la antigüedad las mujeres no tenían derechos al igual que los esclavos e inmigrantes. Hasta hace no más de 60 años las mujeres no podían votar.

Sin disimular mi asombro por sus conclusiones, les dije -Hasta el día de hoy muchas mueren por no tener derechos a decidir sobre sus cuerpos. Hasta el día de hoy además de trabajar deben garantizar el cuidado del hogar y los hijos. Hasta el día de hoy son objeto del maltrato sexual, físico y sicológico por parte del sentido común que dice que el hombre es el jefe de la familia.



El sentido común

La opresión de los sentidos (parte VI)

Estos jóvenes que reconocían la injusticia que oprimía sus sentidos, desvainaban las herramientas para cambiar las cosas y poner todo en movimiento, en la granalla de la ida y vuelta para un nuevo inicio.

Estos jóvenes que se anoticiaban de las formas de dominación de los credos, los señores dueños y sus funcionarios, cuestionaban su estado de cosas y la ideología de lo racional, especulativo, lo procedente del sentido común. Clarificando al hombre trabajador de la falsa conciencia que le dio supremacía por sobre la mujer, condenándolo a la esclavitud.

Hombre, mujer juntos deben estar para alcanzar el triunfo por liberar los sentidos.

Pedro, Lucrecia y Facundo

Los Pedros, las Lucrecias y Facundos preparan el futuro, por cierto mejor.

Rubén Cruz*

Diciembre 2010

Sobre tallos y sedas

Afectos

Me asomo a la cabaña
Y te presentabas ruborizada
Escondiendo las flores
Del rosedal vecino

De ruca en ruca
Y vos nuevamente…
Me acariciabas en pétalos
De tallo espinoso
Por los intentos
Con poca fortuna
De afectos



Extrañar

De sosiego
Frondoso capullos
Al escucharte llegar
Al final del día

Cuando el dormir
Ganaba a mis ojos
Quebrando el conciente
De los recuerdos
Sin ti




Palabras de amor

Amor, ternura
Cariño, estima
Adoración, apego
Palabras que ambicionan
Los sentidos
… todos los sentidos

Y los transforman
En otras palabras
Pasión, frenesí
Ímpetu, entusiasmo
Que se renueva
En cada amanecer

Que muere
En los sueños
Para volver a chispear
Buscando tú agua



Por esos trastos

Arrinconando la broza
De mi madero placard
Ahuyento el exilio
Del ropaje
Que vuelvo a atesorar
Sobre la cama
De viejos elásticos

Bulevar sin árboles
Aguarda la decisión
Que se moverá por sus baldosas
Por esos trastos que enunciaran
El revés de la soledad




Desde siempre

Desde siempre
Busque tus mejillas
En el andurrial
De los barrios bajos

Desde siempre
Aprecie tu ángel
Acariciando el niño
Que había tropezado

Desde siempre
Me imagine en tus brazos
Perpetuando el momento
De la partida

Desde siempre
Te ame




Como el hollejo

Como el hollejo
Tu piel se desliza
Sobre tu fruto
Que herido
Se resquebraja

Hambriento animal
Que no supo distinguir
Tu olor, tu color

Sal aunque no sea tu tiempo
Aprende la bondad y la crueldad
Y como el escudero
Sirve a los tuyos
Para su momento
Que pronto llegará




Lo haré mañana

Pensé en acompañarte
A tus paseos matinales
Sincerando mí pesar
Por los años rutinarios
Que no supe cambiar

Pero una vez más
Siento que ya es tarde
Aflorando en mi pudor
Una nueva dispersión

Lo haré mañana
Tal vez lo haga
No lo se

Por favor despiértame
No quiero morir
Sin pedirte perdón




Estación de los amores fugases

Me acerco a la estación
De los amores fugases
Me apresto a bajar del tren
Que abunda de enamorados

Nos encontramos caminando
Por el andén del cielo
Y ya podemos mirar
El refulgente de sus ojos
Que apresura al guarda
A anunciar los encue
ntros

jueves, 28 de abril de 2011

La curva de los suspiros

Los sonetos

Los sonetos entre moras
Suavizan el destello
De la ausencia
Con avisos diarios

Como tantas veces
Los húmedos deseos
Se crispan frente a los ríos
Del adiós
En llamadas diarias

Los sonetos entre frambuesas
Perduran
Al costado de la cama






Magullones

Magullones del camino
Has traído a este puerto
De los menesteres
¿Quién relata tus cuentos?
Que suenan verdaderos
Aturdido nostálgico
De zapatos amarillos

Métete a tu carro
Y presta mucha atención
Los espejos que construyes
Distorsionan tu sarcasmo

Date cuenta sin presagios
Cura tus heridas y vete
Al camino de los magullones







La partida

Pronto, tan pronto puedas
Acércate a mi lado
Sostén mi pecho
Y ampara mi corazón
Que declina
Cuando tú te alejas

Oportunas lágrimas
Las de anoche
Que ambos regalamos
A los plantines
Del lindante jardín
Que te observo partir
Mientra dormía



El bajo

Molduras en el bajo
Que rodean tu espacio
Mientras el 2x4
Capta el asombro
De los desprevenidos traseuntes

Pasarse de un lado al otro
Por estas calles
Buscando el arte
Que llena al desamparado

Por defensa, en la Serrano
Nos sentamos y nos confundimos
En el tiempo para atrás
Y para adelante
De los artistas




Aún desangrado

Un punzón de plata
Animaba el sangrado
De los rígidos pobladores
Acentuado por los alambres
De los déspotas

Astibar sus enojos
Descubre al débil magistrado
Que sobre montura
Las endebles piernas
Se trillan hasta el atrofio

Merecen el azote
De las barriadas
Oprobiosos funcionarios
Merecen la condena
De los hijos



Sobre el camino

Más temprano que tarde
Cambiaste el objeto
De tus deseos
Frente a la ausencia
De la muerte inesperada
Descarada e inoportuna

A la cuna de tus sales
Meces el destino
O los destinos de la montaña
Guardiana de los frutos
Que regalaban a la vista
Colmadas de alientos

Te vuelves sobre si
Ante el amor futuro
Dibujas la sonrisa sobre el espejo
Mientras te acomodas la pañoleta
Cubriendo el pudor
Que te acompañara
Hasta el nuevo aviso
De los corazones


Los perros azules

Con mucha prisa
Nos movemos al cordón
Un resguardo para la angustia
Frente al desconocimiento ocultar
De los perros azules
De botas ruidosas
Senuelo a aprisionar

Los vemos pasar
A segundos de la respiración
Que por momentos abandonamos
Como opción de vida

Frente al olfato
De los perros azules
De balas criminal
Sujeto a matar

La dispersión nos demanda
Ya alejados de los nuestros
A esquivar las trampas
De las ambulancias
De cruz dudosa
De señales equívoca

Y saltamos los muros
De finos perfiles
Y robamos las flores
Para engañar el olor pólvora

Y descansamos
Se aproxima una nueva ofensiva


Beso en mejilla

Cuando la luna se presentaba
acá abajo se mezclaba el rojo banderas
con el canto juventudes
y acaso el deseo de lo casual
encontré un beso en mejilla
que amé en erizo piel

Y fue tu olor
que recordó el motivo
por el cual te extraño
y aún por un momento
por el ruido que nos envolvió

En celo cubrí
tu respiración que la compartí
con mi almohada confesión.


A horas de volver a verte

Quince años quizás un poco más
De aquel amor entrañable

A horas de volver a verte
Cruzar miradas
Es un postergado que asomara
El obsequio acariciado
Desde algún lugar que la vida
Nos dispuso

En aquel entonces
Te quiero… murmure
En soledad de lunas
Te extraño… grite
Frente al papel
Escribí los versos
Que leeré
En cada curva de los suspiros
A horas de volver a verte

Desde el call…

Azorados en misivas
Adulan los espacios en blanco
Que los sorprenden mirándose
Sin ocultar que se miran

De maderas y espejos
Conspiran los límites
Que un don nadie prefijo
A la espera, en alerta

Hoy al lado, mañana enfrente
Y pasado a lo lejos
Un laberinto
Que eludieron de la mano
Sin ocultar que se tocan

Imantados al banquillo
Los acerca el veneno
Que sus labios menguaron
Sin ocultar que se besan


Amanecidos mojados

Mojados
Amanecidos mojados
Por la andurrial
De este buenos Aires
Que protege a los bohemios
Astillados de fantasmas
A los soñadores
Sacudidos por resacas


Fracasos aventurados
A cada esquina
En cada bar
Amanecidos mojados
Desde el bandoneón inherente
Activo indócil
Que empuja a estos nómadas
Al escalón de sus pensiones
Hasta desmayar


Emergentes del futuro

Feroces sacudones
Florecían los instantes de tus roces
Con los santuarios
Obsoletos paradigmas
Afincados en lo falso

Acompañadas por las costras
De los velos
Ensayabas su confusión
Ante de perecer en el tiempo

Liberación una y otra vez
Desde la prisión

Emergentes aquí y ahora
Despliegan su furia
Emergentes del futuro
La posta es de ustedes




Tu sonrisa

Me detuve en la sonrisa
Que espejaba el espectro
De mi sitio sombrío

Y sin calcular los pasos
Volví sobre ellos
Una y otra ves
Y de nuevo tu sonrisa
De nuevo el alimento
Que emergen mis escondites
De recuerdos austeros
Y amores irresueltos

Me detuve en la sonrisa
Me detuve en ti
Por voluntad de mis ojos
E insistencia de este corazón

Que sin soborno de por medio
Hace un rasgón en el pliego
Apartando mis desvelos
Trasluciendo tu mirada

Rubén Cruz*
Febrero 10 del 2011



Tus palabras

Buenos días…
Sobre la irregular mesa de roble
De tu anotador varias palabras
Escapan y se conjugan
Detrás de ti
Acompañarte a tu jornada
Sin inducir en la armonía
De tu rostro
Una dulce jalea
Que amojona las aulas

De regreso
Dichas palabras se separan
Esparcir tu experiencia
Desde el aplomo
Serenan a los confusos
Que te devuelven el saludo
Con un “buenas tardes profesora”

Ya de nuevo sobre la irregular mesa
Los mates invitan a los queridos
Y el anotador se acomoda al costado
Facilitar el escape
De las nuevas palabras
Hacia la aventura junto a ti

La cama aun desordenada
Espera tu cortesía
La almohada tus secretos
Te dispones
Le regalas una última sonrisa
Al espejo
Ya en sueños
Buenas noches…



Un nuevo Abril

Un nuevo Abril, un nuevo otoño
Revisan tu juventud
El adiós a la adolescente
Deviene la irreverencia mujer

Pateando a los adivinos
En tu semblante
Inquietas nuevas dudas
Contienes las certezas

Un nuevo abril, un nuevo otoño
Y las mismas polainas
Descubren esos amores
Que cubren tus emociones
Para el nuevo invierno



Hoy estoy triste

Hoy estoy triste
Será por los ausentes
Posiblemente
Será el cansancio
Por tantos esfuerzos
Quizás
Será por la brecha
Que me excluye del amor
Posiblemente
Será el destino
De ya no encontrarte
Quizás
Eso o todo junto

El hollín que ensucia mis zapatillas
Me recuerda esta tristeza
A cada peldaño
El botón a la altura del cuello
De la camisa a cuadros
Se pierde
Para no ahogar lo entrañable

Posiblemente…
Pero hoy estoy triste


Un beso

Sencillo entreabrir
De los labios en el comienzo
De un beso

Espacio único
Donde se fuga lo conciente
En variables colores

Recóndita saliva
Que cicatrizan las cortaduras
Proscriptas por el tiempo

Un beso…
Guarida del loco
A punto de enamorarse















































sábado, 10 de julio de 2010

POEMARIO "DE CRESTAS Y MIRADAS" RUBEN CRUZ * 2010

Poemario de Ruben Cruz *


A donde vayas

Han sido demasiados
Los prólogos
Que acompañaron
Tus relatos

Casi ninguno
De esos renglones
No pueden no hablar de ti
Justificando mitos

Todas, si todas
Denotaban tu crueldad
Declamando tener la verdad
A los que vienen
Por tus marcas *



Los perros

Los perros
Serenan tu rabia
Apaciguan tu furia
Por las lluvias
Que lo han llevado todo
Incluso tus sueños

Los perros
Observan
Lo que tus ojos no ven
Sienten
Lo que tú pecho dolor

Los perros
Serán reconstrucción *




En la obra

Fueron siete días
De presiones patronos
De angustia interior
En rebeldía al amo

Fueron siete días
De culto al valor
De presencia y firmeza
En contrapunto a los incrédulos

Fueron siete días
De solidaridad y hermandad
De guapeza sin igual
En defensa de la libertad



Tejiendo sombreros

En el atardecer
Te meces apacible con la iraca
Tejiendo sombreros
Para tus hermanos

Sabes que te necesitan
Calores del monte
De selva humedad
Los campesinos de tu pueblo

Recoge la sombra
Corre a su encuentro
Llevando los tejidos
Del aire


En el barrio de los puertos
(Dock sud)


Me he cruzado de vereda
Por sobre el empedrado
Para no olvidar
Tu dulce andar

En recorrido sinuoso
Me acerque a tu mirada
Añorando el perfume
De tu sonrisa

Lejana adolescencia
En el barrio de los puertos
Que aún te siente
Entrañable primer amor




De frente

Te han dicho
Que has naufragado
Al irrigar tu cuerpo
Para enfrentar tus miedos

Irrompible hombre
Que fraguaste tus marcas
En el llano devenir
Por tu entidad

No renuncies
Transmite tu ánimo
Que supiste forjar
En nuestro camino



Compañero

Tan simple, tan grande
Ha sido tu ejemplo
Que tus pares
perplejos miramos

Cuéntanos tu claridad
Háblanos de tu derrotero
Amigo de siempre
Compañero luchador




De lejos

Te has ido hermano
A tierras mediterráneas
Buscando la musa
Del cálido mar

Ya varios años han pasado
Temerario de sangre
Que no descansa
Su esencia melodía

Espero tu vuelta
Aún de paso
Y enséñame tus partituras
Que fomenta tu alegría



Carnaval

Entrega la soledad
Triste mujer
A la murga
De las noches plateadas

Sacude tu angustia
Bonita mujer
A los ritmos
De la comparsa oriental

Es tiempo de carnaval
De corazones ausentes
Que se unen a vos
En la riberas del Plata




Conciencia
(Falsa)


De los rituales
Tu imagen robusteces
De lo pagano
Ofreces tu bendición
A los crédulos caminantes

Una acción de tu mente
Que engañas a tu fe
Un ribete a la nada
Que empobrece tu ser



Crece

Dices que no recuerdas
Los sueños de tu juventud
Que tu memoria
Pierde su fertilidad

Mira a tu alrededor
Y compruébalo
Estas caminando
Sobre tus sueños

Y en la cercanía
De tu riqueza
El cuerpo te reclama
Nuevos anhelos




Sabores en la noche

Sabores en la noche
Para ti mujer solitaria
Con pequeñas rodajas de tomate
Sobre tu piel

Rojos y picantes ajíes
Se entregan a tu paladar
Sazonando tu pasión
En lento susurro

Sabores en la noche
Para ti mujer singular
Con Albahaca y ajo
Una mezcla deliciosa
En tus besos



Pájaro del sol

Pinceladas de las aves
Que protegen sus nidos
De voraces rapiñas
Que huyen del fuego

Preciado recorrido
Acariciando la llanura
Tomando alimento
Esperando el nacimiento

Majestuosas alas
Sobre el manantial
En invisible espejo
Pájaro del sol





Desafíos

En tu cuarto naranja
Escribías la crónica
De aquella noche
Espeluznante

Sin llegar a cerrar los ojos
Un túnel apareció frente a ti
Que curioso empujaste
Por tu ímpetu aventura

Ahí estaban, esperándote
Una cripta colmada
De símbolos y cruces
Que te señalaban la misión

Una nueva misión
Crucial para tu confianza
Que desafía las fuerzas
Del corazón



Capital

Mira como se desarman
Los frágiles avatares
De los mundos azulejos
Del avaro absoluto

Convencidos de su caída
Avizorando el instinto
Azuzamos nuestro animal
En golpe certero hacía tu abismo






















domingo, 13 de junio de 2010

LA CITA

La cita
(Del sastre con la caminante)

Atardecía y el anaranjado sol se sujetaba a la vista para no irse al otro lado de las blancas montañas. No quería perderse la cita del sastre con la caminante de los domingos de enfrente vereda.

Pero la naturaleza es más persistente que nuestras miserias y el reticente sol se oculto, regalando una ves más el asiento en primera fila para los escenarios de cosquilleos del rojo latir de los ignotos actores, a la hoy luna en su forma llena.

Por cierto desde mi puesto en la calesita del barrio registraba sus movimientos y me entusiasme – y sin duda entre sortijas y alfajores que los chicos manchaban sus bocas con chocolate – me enamore de sus cantares de seducción y miradas ruborizar.

Recuerdo que hace unos domingos – las gotas, gruesas gotas de tormenta se estrellaban en suelo ahuyentando la tierra por los aires – no impidieron a la paseante desplazarse frente al asombrado artista del vestir que cobardemente no se animaba a cruzarse a ofrecer el rustico paraguas de un cliente que había olvidado.
Su miedo fue tan grande que negó su pasar y se refugio tras la puerta apagando la luz tan rápidamente que no se si rompió el record que ostentaba la velocidad de la luz.

Pero allí estaban los personajes – que la histeria adoptó por unos momentos – renovando el estímulo de los enamorados de aquí y de allá, de las solas y los solos que allanan sus pasiones en todas las plazas de la espera, intenso huésped de sus bancos y corredores.

Ella hoy vestía de azul, de ironías se bamboleaba con los federales que amargados asumían su incapacidad de desobedecer la orden del superior.

Parecía que nunca hubiera pasado por esa cuadra, confundía sus pasos como un aprendiz frente al devenir, retrocedió al pasadizo del conventillo que albergaba su historia – vaya a saber que soledades, que virtudes, que alegrías, que perdidas la empujaron a ese desamparado caserón de más de 20 familias –.
Y como relanzando sus deseos, salio a la acera y pateando una lata vacía – como señal de comenzar algo – hostigó a los árboles que se abrían horizonte, con el semblante en su punto más alto sello las lagrimas del pasado y ante el copioso malestar de los ángeles, liberó alas para abordar la sastrería.

El observaba impaciente el verde reloj que colgaba tras la vieja Singer, porque su ensueño tendría que haber pasado hace unos minutos – ella era puntual, no fallaba – Entonces su pecho forjo el dolor que nunca hubiera querido soportar, su indiferencia.
Claro el no sabía las peripecias que ella agito a los altos Alpes que achico hasta a las ventisca de nieve para saltar a sus brazos.

Y la fresca contradicción de su dolor lo monto en valor, abrió la puerta y fijo su vista al llano del campestre jardín que componía al costado del buzón.

Y ella estaba ahí – mordiendo sus labios de la emoción de la primera vez – esperando que su presidiario rompiera las cadenas de la timidez y la tomara en vuelo evitando los raspones del desamor.

El con un sano y precoz movimiento la apretó a su torso – que casi la ahoga – y como dos esferas espumosas se conjugaron en besos y olores, en suspiros y en gritos que contenidos sin miramientos se desataban a los oídos de los vecinos que ya podrían dormir asumiendo sus complicidades para que el sastre del barrio y la caminante de los domingos agrandaran la mesa de los festejos.


Ruben Cruz*
Junio 2010

jueves, 10 de junio de 2010

habitantes de siempre

Palpitaciones

Con gracia acudiste

A mi enojo

Soltaste tu pan

A mi ahogo


Palpitaciones

Me regalaste con mesura

Graciosa mujer

Que mi torso oxigeno

De jubilosos latidos

Ruben Cruz 2010




Habitantes de siempre

Vasto espacio

Han sabido crear

Habitantes aborígenes

Crisol de antepasados

Obra de culturas

Que anhelamos convivir

Frente a sus dioses

Junto a nuestros pares

Ofreces ofrendas

Recibes extraños

Habitantes de siempre

Manifiesto de vida

Ruben Cruz 2010




Mujer

Mujer

No eres el amor de mi vida

Eres el amor en mi vida

Mujer

No voy a morir

Si no te quedas a mi lado

Voy a seguir viviendo

En disfrute de tu decisión

Libertad

Mujer

No eres culpable

De mis miserias

Eres la lumbre

En mis errores

Ruben Cruz 2010



Mañanas

Amanecí deseoso

De tus besos

En recuerdo fugaz

De tu compañía

Perseguí con querer

El dibujo de tu rostro

Que esta aurora

Me regalaba

Y sin titubear

Con un movimiento suave

Me arroje al imaginario

De tus mañanas

Ruben Cruz 2010



Vida

Llévate el amuleto

A los confines de los vientos

Aguarda con firmeza

La espiga de tu razón

Trae tormenta

A los desprotegidos

Que ellos lo transformaran

En lluvia

Para los surcos del futuro

Ruben Cruz 2010

lunes, 7 de junio de 2010

¿Capacidades diferentes?

El escenario propicio
De las sales de tus manos
Convierte al callado
En gestos de evolución

Saber mojar el fruto
De la labia sin juicio
Entusiasma
Al preso de su boca

En todos los casos
Se desmiente al oponente
Que negando su condición
Asienta su torpeza

¡Porque no son diferente!
Son

Ruben Cruz*
junio 2010



Desventurado

Neutralizar mis sentimientos
Te has propuesto
Villano con su rostro lívido
De tanto espejo

Borrar mi derrotero
Con boba indolencia
Conviertes en lazos
Hasta lo más ambiguo
De mis pasos

Mancillar los principios
Maltrecho de palabras
Abren tu hueco
Que no he de acompañar

Ruben Cruz*
Junio 2010